De la noche a la mañana, Irene Chico Santos pasó de estar sana y llevar una rutina activa a tener una lesión no muy conocida, que le genera un dolor constante y no le permite estar sentada muchas horas. Después de meses probando tratamientos que la dejaban ausente, esta madrileña encontró a dosemociones. El cannabis medicinal es la única sustancia que ha devuelto un poco de luz a su vida.
Irene Chico Santos tiene que convivir con el dolor desde hace poco más de un año. Todo ha cambiado en la vida de esta informática, que está de baja laboral desde entonces, debido a que no puede estar sentada durante mucho tiempo. Han cambiado muchas más cosas: no puede vestir ropa normal, ni llevar ropa interior; necesita horas de terapias específicas a diario, además de la ayuda de su familia; y ha dejado de tener vida social. Un giro radical que se debe a un posible fallo médico.
Esta madrileña acudió a urgencias un 13 de agosto por un absceso y salió con una neuropatía del nervio pudendo. Una dolencia no muy conocida, para la que por ahora no han encontrado cura. Quedamos con Irene Chico Santos en la oficina de dosemociones para que nos contara mejor todos los pormenores de su historia.
Laura Rueda: ¿Qué tipo de dolencia sufres y cuánto tiempo tardaron en diagnosticarte?
Irene Chico Santos: Tengo una neuralgia del nervio pudendo que se encuentra en el suelo pélvico desde hace un año y poquito. A raíz de ahí mi vida dio un giro radical. Por ejemplo, no puedo estar sentada mucho tiempo. Ahora que hago terapia puedo estar dos o tres horas, como mucho. Tengo dolor continuamente y es una lesión no muy conocida.
Tuve mucha suerte porque solo tardaron un mes en diagnosticármelo, pero durante ese tiempo me dijeron que eran supuestas infecciones, inflamación, algo psicológico… No sabían qué era, hasta que me lo diagnosticaron en el hospital de La Paz. Al ser un hospital de maternidad, allí son especialistas en neuralgias de este nervio. Esta lesión suele ser muy habitual en mamás, que al dar a luz se desgarran o son seccionadas y también en ciclistas, por atrapamiento del sillín. ¿Qué pasa? Que yo ni soy ciclista ni he sido madre.
El diagnóstico fue complicado porque si no vas con esa premisa, lo obvian. Pero por suerte me vio una anestesista, Blanca Martínez, mi ángel de la guarda, que es especialista. Y solamente con explicarle supo qué era. Desde ese momento mi vida ha sido un no parar de médicos, especialistas, fisioterapias, técnicas que no sabían si funcionarían… En España hoy en día hay muy poco conocimiento sobre este tipo de lesión, en Francia un poquito más, pero sin éxito.
Por ahora es una lesión irreversible, que tiene varias variantes y justo la que yo tengo no tiene muchas opciones de tratamiento, tan solo paliativas. Si fuera por atrapamiento, se operaría para liberar y habría mejora, pero en mi caso no hay atrapamiento.
Aunque ha estado tomando Gabapentina en dosis muy altas, tratamiento muy común para neuralgias, el medicamento no le ha hecho nada. Ahora mismo lo único que le ayuda a estar mejor es la fisioterapia, la acupuntura, algunas máquinas específicas y mucho tratamiento interno. Pero para el dolor no le sirve ningún fármaco, que solo le han hecho estar drogada. Lo único que le ha ayudado ha sido el cannabis medicinal.
Laura Rueda: ¿Cómo llegas al cannabis terapéutico?
Irene Chico Santos: Como no podía salir de casa, me quedé sin vida social. Mi vida cambia mucho y mi entorno también lo hace. Entonces mis amigas me hablan del cannabis medicinal. Yo les dije que ya bastante tenía yo con lo que me había tocado como para pensar en eso. Hasta que un día una amiga me pasó un programa de televisión donde entrevistaban a Carola Pérez. La escuché hablar y, aunque su lesión y la mía no tenían mucho que ver, solo por la zona, me sentí muy identificada. Aunque ella lleva toda la vida y yo nada.
En ese momento empecé a informarme, a buscar libros. Entré en la página web de Dosemociones, donde hay bastante información. Y encontré muchas lecturas de otros países: EE.UU, California, Alemania… En España aún escasea la información y todo es clandestino. Pero en general hay bastante documentación. Me presenté en la sede de Dosemociones y me atendió Laura, que hizo que mi temor al sitio desapareciera con su trato amable y comprensible.
El primer día ya me dio bastante buena sensación. Mi hermana es enfermera y vino conmigo. Todo lo que nos comentaron, nos cuadró mucho, aparte de que ya veníamos informadas.
Antes de visitar dosemociones Irene escribió un correo electrónico al que Carol H. contestó enseguida, diciéndole que cuando tuvieran tiempo se pondrían en contacto con ella. Me confiesa que no esperó y se presentó en la sede de la asociación. “No sabía qué hacer, si llamar por teléfono o venir. Entiendo que hay muchos pacientes, pero yo no podía esperar, como buena paciente egoísta”.
Laura Rueda: Antes de probar el cannabis medicinal, ¿tomaste otro tipo de medicación?
Irene Chico Santos: Sí, pero había pasado muchísimo malestar con mi medicación, muchísimos miedos, tenía temblores, mareos… Me hacía sentir muy mal y yo aguantaba el dolor por no tomar los opiáceos. Pero eso me ha desencadenado muchísimas lesiones: cuello, espalda, rotación y bloqueo de coxis, tengo la cadera rotada por los dolores. Al final era la pescadilla que se mordía la cola. Y yo necesitaba algo que por lo menos no me hiciera sentir peor.
Irene me cuenta que ahora puede tener una conversación normal, reírse y retener datos en su memoria, pero que si la hubiese visto tan solo hace unos meses atrás, hubiera conocido a una persona totalmente diferente. Cuando habla del cannabis terapéutico y de los efectos que este ha hecho en ella, su cara se ilumina.
Irene Chico Santos: Yo entiendo que si no hay tanto dolor estás más animada y puedes trabajar y hacer vida. Con lo que más me ayuda es con los picos de dolor. No se me queda en cero, pero si antes estaba en un ocho de dolor, me quedo en un dos y no te imaginas lo que es eso, de verdad. Aparte el tener ganas y no estar todo el día pensando en el dolor. Muchas veces nos duele tanto porque es lo único en lo que pensamos. Mi cabeza está ahí, focalizada.
Con este tratamiento obvias un poco este dolor y te concentras en otras cosas. Aunque hay dolores que persisten. Yo, por mi lesión, no puedo estar sentada ocho horas, el cannabis no es la panacea ni un cambio radical. Es una ayuda bastante importante para un tratamiento, en mi caso, desde el dolor. Hay personas con cáncer a la que les ayuda, pero no les cura y tienen que seguir con sus tratamientos de quimioterapia, radioterapia… Yo tengo menos sesiones de fisioterapia porque tengo menos dolor, pero tengo que seguir mi tratamiento igual.
Laura Rueda: ¿Cuál es la mayor dificultad para conseguir cannabis medicinal?
Irene Chico Santos: Todo es muy difícil. La mayor dificultad es el precio y conseguirlo. Lo primero que me dijeron en la asociación es qué cannabis puedes conseguir en cualquier sitio, pero en nuestro caso no es lúdica y tienes que saber lo que consumes, la dosis y cuál es la que nos viene bien. Porque hay muchos tipos. Por ejemplo a mí me va muy bien el THC índico para el dolor, pero hay a personas a las que no.
Uno de los grandes problemas era que no podía dormir porque la medicación me provocaba alerta y además el dolor. El no descansar es un problema para todo el mundo, pero para una persona con dolor más, ya que el cerebro no para de recibir estímulo de dolor continuamente. No hay descanso. Aunque no te duela, tu cerebro cree que te duele. La única manera de que el cerebro no se vuelva loco es manteniendo un descanso de un mínimo de ocho horas. Y yo no podía. He tomado Orfidal y tratamientos para el descanso y no podía dormir. He estado unos seis o siete meses durmiendo entre 3 horas y 4 horas como mucho. El duermevela te produce más tensión y más dolor.
Durante estos días Irene está realizando su propio autocultivo interior en casa. “Es importante concienciar a los pacientes de que tenemos que ser autónomos en este tema, por suerte yo ya estoy realizando mi primer cultivo”, me explica.
Laura Rueda: ¿Qué notas cuándo tomas cannabis por primera vez?
Irene Chico Santos: Lo primero que noté la primera noche que lo tomé es que dormí bien y pude descansar, y eso ya te mejora, porque estás más animada durante el día. Una de las cosas que nos advirtieron al principio fue que tuviéramos cuidado de dónde lo conseguíamos.
En dosemociones no se dispensa, pero sí te dan referencias de gente a las que se le analiza el cannabis, para saber que lo que se les está recomendando es orgánico, es bueno. Además, el Observatorio hizo un proyecto con el Ayuntamiento de Madrid para analizar el cannabis de algunos clubes, y a esos nos dirigimos.
Acudí a estas personas que recomiendan aquí, pero es ilegal y esa persona se está jugando la cárcel. Sé que el día que voy me la juego yo y se la juega la persona que me la está dispensando.Y que además, tiene que haber una comunicación previa porque esto no es una farmacia a la que tú vas y sabes que puedes encontrar siempre el medicamento que estás buscando. A mí me ha pasado de tener una intervención quirúrgica, que la persona que me dispensa el material no tuviera la cepa que me iba bien y tener que aguantarme, muriéndome del dolor dos semanas. Es surrealista eso.
Laura Rueda: ¿Te da confianza lo que consumes? ¿Has pensado en autocultivar tu propio cannabis?
Irene Chico Santos: De momento si, ya lo estoy haciendo. Es que si no hay legalidad, ¿tú te la jugarías? Porque a mí, que quiero cultivar mis propias plantas para que no me pase eso, me da miedo. Y esto no puedes consultarlo, no puedes preguntar dónde podrías adquirir lo que necesitas. Sabes que hay clubes cannábicos, pero pasa un poco lo mismo. No sé si lo que voy a pedir está plagado de insecticidas y yo me lo voy a vaporizar. Si lo haces a modo lúdico, creo que ni lo piensas. Pero cuando es un tema medicinal, es un tema delicado. E insisto, si lo que quiero es quitarme medicación, no me voy a echar más químicos al cuerpo, entonces intentas que sea lo más puro posible. Es muy difícil.
Y aparte es caro, pero ya entiendo por qué. He hecho uno de los cursos de autocultivo que organiza la asociación y cuando vi lo que se tarda en hacer un aceite… pensé, ¡bendito Pepito el que me lo da! Porque se tarda la vida en hacer esto.
No es que sea caro, es que es muy difícil de hacer. Y, claro, si hubiera veinte empresas produciendo, sería muchísimo más barato y accesible. En mi caso sé que es caro, pero no hay dinero suficiente para pagar mi tranquilidad, aunque sé que hay gente que no se lo puede permitir. Tengo suerte y yo, por ahora, sí puedo, gracias a mi familia, pero saber que hay personas que no pueden pagarlo y no pueden tomarlo es duro.
Laura Rueda: ¿Por qué crees que no se legaliza?
Irene Chico Santos: Creo que hay muchísimo interés y los primeros son los narcos, que se quedan sin el filón de su negocio. De hecho hay que tener cuidado porque sí que persiguen, en cuanto vean un ápice de legalización. Yo no es que haga apología, pero es que todavía no le he encontrado ninguna desventaja. No solamente para mi dolor, sino en general. Antes no podía dormir y el cannabis me ayuda a dormir. Evita vómitos para tratamientos como la quimioterapia. Hace que te entre apetito. Es antiinflamatorio…
Lo único que nos queda es darlo todo porque legalicen el tema. Entiendo que es algo muy peculiar y no es tan fácil. Aunque haya países que ya han legislado, no es oro todo lo que reluce. Por ejemplo, Alemania es uno de los países que más cerca tenemos y supuestamente ha legalizado, pero no es para nada el modelo ideal, ni serviría de mucho en España. Se persigue el autocultivo y llegar a la receta médica es muy complicado por todos los papeles y requisitos que el médico tiene que cumplimentar sobre el paciente, lo que hace que el facultativo recomiende otros medicamentos. No es verdad lo que dicen.
Hablamos de la legalización lúdica, me cuenta que piensa que es otro tema porque la sociedad no tiene un concepto de la legalización de drogas muy natural. Pero también piensa que aunque sea una droga, en el fondo es una hierba natural que ha hecho mucho bien. “En Dosemociones hay muchísima gente mayor. Cuando le dije a mí abuela que lo consumía, lo primero que me dijo fue “hija, ¿te quita el dolor?”.
Laura Rueda: ¿Cómo te cambia la vida y la rutina el cannabis?
Irene Chico Santos: A mí me da la vida cuando disminuye la intensidad de mi dolor con el cannabis medicinal. Y a partir de ahí empiezas a hacer cosas y eso te anima. Si hay una depresión, cuanto más haces, más quieres, sobre todo si te están apoyando. Cuando se lo comenté a mi médico, no estaba de acuerdo. Ese médico no tenía conocimientos de que para mi tipo de patología también sirviera.
Curiosamente hace unos meses me hicieron una técnica y al preguntarme en quirófano que qué tal, le dije lo que estaba tomando y que me sentía muy bien. Pues este médico me dijo que tenía tres pacientes más con neuralgias, que desde que yo se lo había comentado lo estaban consumiendo y que milagrosamente era lo único que les servía. Entonces le invité al evento del día 18 de septiembre que organizaba el Observatorio en Caixaforum, con todos los expertos.
Perdí muchísimo peso al principio (cuando comenzaron los dolores) y ahora lo estoy recuperando. Es todo, aún no he encontrado nada malo e incluso se lo recomiendo a mi gente cercana, amigos y familia.
Laura Rueda: ¿Crees que hay médicos en la administración e instituciones que lo apoyan?
Irene Chico Santos: Hay médicos que lo apoyan, pero no lo dicen, no se mojan. Están convencidos de que funciona, pero entiendo que hay Colegios de Médicos que les dicen que tengan cuidado porque no es legal. Yo sé que ellos no lo pueden recetar, pero en mi caso la medicina tradicional no funcionó y me hizo retroceder en muchas cosas, como por ejemplo en el estado de ánimo. Imagínate estar todo el día drogada. Tomaba un antidepresivo tan fuerte, que a la media hora estaba tronchada. Ahí sí que dormía, pero claro, eso no es un sueño reparador.
Hace tres o cuatro meses, no podría haber estado hablando ahora contigo. Con cannabis terapéutico creo que pronto podré reducir la medicación que tomo. Lo que pasa es que hay que quitarlo progresivamente porque es muy duro. Pero ahora estoy mejor porque estoy más despierta. Es lo primero que me dijeron mis fisioterapeutas, “por lo menos ahora puedes hablar”. Antes no podía hablar, ni ver una película ni leer un libro. La capacidad de atención disminuye considerablemente.
Otro de los aspectos que ha cambiado en el día a día de Irene es la casi total reducción de su vida social. “Es muy difícil hacerle entender a tus amigos que no puedes ir a cenar o de vacaciones”, me cuenta. Pero al menos ahora, desde que consume cannabis medicinal, vuelve a tener ganas de hacer planes y sabe que en un futuro no muy lejano su recuperación física será una realidad y podrá llevarlos a cabo. “Antes era un monstruo, iba por la calle porque tenía que ir. Eso es lo que más ha cambiado: que tengo vida y que soy consciente de ella”.
Laura Rueda: ¿Qué les dirías a los políticos?
Irene Chico Santos: A los políticos les diría que hoy soy yo, Irene Chico Santos, pero que mañana pueden ser ellos o su familia. ¿Qué harían si tuvieran una hija con epilepsia con veinte crisis diarias y les dijesen que consumiendo determinado CBD se van a reducir o incluso extinguir?, ¿qué harían? Cuando te pregunte el político, ¿y la repercusión? Y no la hay porque no te afecta a pancreas, pulmones o hígado, órganos primordiales. Puede ayudar o no, pero no mata… Creo que no puedo decir lo mismo de otros opiáceos.
Uno de los políticos que más apoyo nos está dando públicamente es Eduardo Van Den Eynde, del PP de Cantabria, que padece cáncer y utiliza el cannabis medicinal. Ninguno de nosotros está exento de tener ningún tipo de enfernedad. Entonces, si estás teniendo a personas muy allegadas a ti, de tu mismo partido polítco, que te dicen que les va bien, no hay que pensar más. Si te está produciendo un bien, hay que luchar por ello.
El avance es enorme. El Observatorio Español de Cannabis Medicinal tiene unos estudios impresionantes de muchísmos casos: dolor, cáncer, epilepsia… Creo que estamos centrando nuestra atención en otro tipo de investigación cuando podríamos abrir la mente.
Laura Rueda: ¿Crees que la sociedad está preparada?
Irene Chico Santos: Hay que prepararla y concienciarla. Soy la primera persona que lo rechazó cuando me dijeron que lo probara, pero es el desconocimiento que nos inculcan desde pequeños, porque es una droga, mecionada en la Lista I de estupefacientes. Y no vemos que un ibuprofeno es una droga también, probablemente más fuerte. Se le adjudicó un rol de que lo tomaban personas con un perfil y no nos damos cuenta de que hay países como la India donde se medican con plantas y esto no deja de ser una planta, como un té o la hoja de coca en Colombia. Otra cosa es la adulteración.
Yo no quiero que me la regalen, pero por lo menos poder acceder a ella, una regulación, punto. Que si yo estoy moribunda en la cama de dolor no tenga que tener miedo a mandar a mi hermana a recoger mi cannabis, porque obviamente involucras a más personas. Y no tener terror por si me sale esto en la analítica, sobre todo cuando sientes el rechazo del médico. Pero es que al final me da igual porque si me hacen un test de drogas, me sale positivo por las pastillas que consumo. Yo no quiero llevar nada encima nunca, llevo lo que me cabe en el vaporizador por si me dan picos de dolor, así puedo evitar multas. Entiendo que esa persona se la juega si no me multa, pero con una regulación evitamos que él me tenga que multar y que yo esté con miedo por si me pilla.
Laura Rueda: O sea, ¿que has sentido miedo?
Irene Chico Santos: Sí, y no sólo yo. Todas las personas con las que hablo han sentido los mismos miedos e inseguridades. También muchas dudas. Los que tenemos cierta edad y somos conscientes del uso de Internet muy bien, pero la gente mayor, que tiene ideas infundadas de que es algo malo… Para nosotros es más accesible con internet hoy en día. Pero estas personas mayores que tienen dudas no pueden ir a su médico cabecera e informarse o preguntar dudas o contarle a sus amigas. Pero sí pueden contarle que están tomando un Diazepam o Morfina, al fin y al cabo son opiáceos. Eso sí que crea adicción y tolerancia, ¡siempre vas a necesitar más!
Irene lo tiene claro, lo mejor de dosemociones es que puedes compartir tu historia y experiencia. Además, celebran actividades: conciertos, terapias de relajación, porque lo que se busca es apoyo al paciente. “Aquí hay muchísimas más cosas detrás de las que se cree la gente. Sobre todo hay alguien al otro lado que te va a escuchar”, concluye.
Laura Rueda: ¿Por qué decides implicarte como voluntaria con dosemociones?
Irene Chico Santos: Si hubiese más dosemociones… Me empecé a involucrar porque como paciente quiero enseñarle a las personas que vengan a dosemociones cuál ha sido y está siendo mi experiencia. También porque vi que no podían con su vida. Están hasta arriba. Al final quieres echar una mano y darle a los demás la oportunidad que a ti te han dado y porque hay lista de espera, que eso es bueno.
Gracias a las entrevistas que está haciendo Carola en los medios, se está conociendo. Porque sí que es verdad que si no te lo cuenta nadie, no te enteras. Hay medios que han echado una mano grande y para otros estamos vetados. Carola está fastidiada porque ha tenido una operación muy gorda y está muy cansada, y sigue trabajando. Ha estado boca abajo dos meses y ha estado al teléfono todos los días desde la cama.
Yo muchas veces le digo: «al final eres tú, Carola». Pero no puede parar porque ella es así y porque le ha ayudado tanto que necesita transmitírselo a los demás. Además, es verdad que estamos en un momento importante porque las cuatro fuerzas políticas más potentes nos respaldan, no es momento de parar. Si paramos ahora quizá retrocedamos todo el camino que ha avanzado Carola antes. Yo creo que esto es lo que nos está animando a movernos más.
También me cuenta que es muy difícil mantener la compostura ante ciertas llamadas para las que no estás preparada, en las que descubres que la persona con la que querías hablar ha fallecido. Incluso en casos que ni siquiera esperabas. El dolor es un gran causante de suicidios. Por eso, espacios como este son tan importantes, para compartir la experiencia personal con otros y salir del círculo familiar y amistoso. “Alivia mucho contárselo a desconocidos”, reconoce.
Laura Rueda: ¿Te da miedo viajar con cannabis encima?
Irene Chico Santos: Viajar conlleva unos riesgos porque si ahora mismo cojo un AVE o un vuelo a Sevilla y hay perros en los controles, a mí me pillan. Y sí, yo puedo enseñar un informe, llevo siempre encima una copia, pero no deja de ser algo ilegal. No puedes buscar más ayudas porque si vas a tu abogado te pregunta si llevabas la sustancia y es ilegal. A través de Dosemociones estamos en contacto con el abogado de la asociación, que nos informa de los riesgos de cultivar y llevar la sustancia encima. Puede dar la casualidad de darle pena al juez, pero tienes que mendigarlo y suplicar. Y yo he escuchado casos de pacientes de aquí que han tenido que enseñar cicatrices. Yo, por ejemplo, no puedo ir vestida de cintura para abajo, pero no tengo cicatrices visibles. No me lo hagas pasar peor.
Laura Rueda: ¿En estos momentos sigues trabajando?
Irene Chico Santos: No puedo porque soy informática y trabajo sentada. Tengo que estar tumbada gran parte del día y no puedo trabajar. El dolor no te deja mucho lugar a la concentración. Estuve yendo un mes a trabajar malísima y el día que me caía de dolor fue mi jefe el que me dijo, “Irene, vete al hospital ya”. Se han portado muy bien conmigo, llevo un año y pico de baja y no ha habido ningún problema. Además, le he tenido al tanto todo el tiempo de qué tipo de tratamiento tengo y no ha habido ningún problema. Siempre me hace la misma broma, “a ver cuando quedamos” (risas). Pero mira, esa broma implica que mientras yo esté bien, ya está, es lo que importa.
Yo no siento pena del dolor de la gente que llama a dosemociones, sino de que se tengan que esconder. Por eso la asociación buscaba que las personas que echaran una mano con un paciente, fueran pacientes. Porque yo he tenido las mismas sensaciones y porque no me vas a dar pena, te voy a entender. Pena me dan las situaciones, pero no las personas. Le puedo contar a esa persona que he mejorado, es un apoyo que yo he echado mucho en falta y solo he encontrado aquí. ¿Cómo aprendes a vivir con 35 años una vida totalmente nueva?
Laura Rueda: Entonces, en estos momentos no tienes que estar experimentando con el tratamiento.
Irene Chico Santos: En cuanto a tratamiento medicinal no. Pero sí tengo que seguir con la fisioterapia todos los días de la semana y seguir probando técnicas y esto es muy doloroso. He encontrado el equilibrio. Es la combinación de todo. Pero también es muy costoso, ya que es todo por la privada. Aunque tengas que acudir a la privada, a veces es difícil encontrar lo que necesitas si tienes una dolencia no habitual. Yo voy a la clínica FisioPelvis y es muy buena y específica de este tipo de dolencias. Me han ayudado muchísimo desde el primer momento porque como no es una patología común… A mí me entrevistan los alumnos porque es un caso peculiar. Eres la novedad. Pero he avanzado muchísimo, sobre todo con la acupuntura. No creía yo mucho en eso tampoco, ¿ves? El desconocimiento. Pues funciona mucho.
Laura Rueda: ¿Cómo te ves en esta etapa de tu vida?
Irene Chico Santos: Ahora mismo estoy en un momento feliz porque después de un año veo avances. Hace unos meses era muy frustrante. Sé que no me voy a curar, pero sé que manteniendo esto por lo menos voy a tener vida. Ahora no me puedo poner unos vaqueros y me afecta mucho, pero sé que voy a llegar a ello. Hoy he estado hablando con mi jefe, que me llama todas las semanas para ver qué tal estoy y le he dicho, “Óscar, que voy pronto”. Tengo muchas ganas de volver a mi rutina y las ganas se convierten en energía, sobre todo si tienes a gente que te apoya. Hace unos meses yo no podría haber estado aquí sentada, hablando contigo durante tanto tiempo
Irene me cuenta que no tiene rencor hacia la persona que pudo causarle la lesión. Todos podemos cometer errores en nuestro trabajo y lo importante es que no vuelva a suceder. Enfoca todas sus energías en mejorar su calidad de vida y lo demás forma parte del pasado. Irene es muy expresiva y su cara dibuja a menudo una gran sonrisa. “Carola es muy positiva y yo tengo que seguir a Carola”, afirma. Está segura de que la legalización va a llegar pronto y de que los pacientes tienen que hacer el mayor ruido posible. “No somos un número solamente. Pecamos de no ponerle rostro a los casos y de poner todo el rato etiquetas y titulitis. Además, somos un movimiento muy diverso. No me importaría nada ser perroflauta, pero no es el caso. Y los perroflautas también existen”.